Ribavellosa, La Rioja.
Empezamos haciendo yoga: imitando las piñas, agachados y encogidos; los pinos, estirándonos muy muy alto; las bellotas, haciéndonos muy pequeñitos, agachados y encogidos; los robles que crecen a lo ancho...
Tocamos el tronco de los pinos ¡qué rugosos! y pisamos las hojas secas de los robles ¡cómo crujen!
Observamos...
Nos fijamos en las marcas de los jabalíes en los árboles y tocamos los pelos que se han quedado en el tronco...
Tocamos las hayas...
¡Qué tronco más suave!
Encontramos organismos tan amigos que no se separan: los líquenes.
Buscamos huellas de jabalí...
En círculo, cerramos los ojos, inspiramos y espiramos, escuchamos el sonido de los pájaros...
Aprendemos a diferenciar entre ciervos y corzos: los ciervos tienen cuernas, y no cuernos, que indican la edad del animal, su culo es marrón; los corzos tienen verrugas en las cuernas y su culo es blanco.
¡Sorpresa!
Aprendemos un montón sobre los pájaros: arrendajo, petirrojo, carbonero (imagen)...
Con la cajita y sus sonidos intentamos comunicarnos con ellos.
¡Qué bien huele! Es tomillo
Abrazamos los árboles y les prometemos que siempre vamos a cuidarlos.
Nos acariciamos con una pluma de búho y descubrimos una nueva palabra: egagrópila (vómito del búho) agggg :)
Camino de vuelta, llenos de energía positiva!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario