Preparamos la masa: harina, agua, sal, aceite, levadura y... ¡manos a la obra!
Elegimos los ingredientes
Horneamos, la sacamos (qué bien huele) y la cortamos...
¡¡¡Listos para comer!!!
Cada niñx es único, con su ritmo individual, sus necesidades, sus capacidades, su esencia, su delicadeza y también su fuerza... justamente como el diente de león, una planta silvestre que crece en todo el mundo y que es capaz de embellecer la grieta de un suelo o de colorear un campo entero.