Racimamos: cogemos los racimos pequeños que quedan después de vendimiar
Quitamos el raspón o esqueleto del racimo de uvas
Prensamos
Colamos...
¡Y tomamos el mosto!
Cada niñx es único, con su ritmo individual, sus necesidades, sus capacidades, su esencia, su delicadeza y también su fuerza... justamente como el diente de león, una planta silvestre que crece en todo el mundo y que es capaz de embellecer la grieta de un suelo o de colorear un campo entero.
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